13 octubre 2006

DeNoche

Venia escuchando los ruidos más absurdos, dándome cuenta que muchas cosas que quería ya no podían ser, pero sin embargo sentía que no querían, que no luche lo suficiente porque así sean. Y luego de mucho pensarlo me duele, me duele admitir que fui yo la quien dejo que todo pasará así.
Venia caminando a casa, era tarde, de noche. Los ruidos más absurdos parecían ser los más importantes, los más sobre salientes de ese silencio que se sentía tan completo y acogedor.
Lo único que quería era poder gritar, llorar, reírme por causa de lo absurdo que me parecía todo en ese momento, quería estar lejos de aquí, lejos del cinismo que nos cobija en sus brazos a muchos de nosotros, lejos de las palabras que solo son eso, palabras.