Simplemente ese día desapareciste, no fuiste más alguien que aparentabas ser, alguien que decias que eras o quien nos mostraba su mascara.
Derrepente caimos en algo, que derrumbo todo, que desmorono la piramide de cartas que con cuidado fuimos armando, que con atención cuidamos.
Hoy de eso nada queda, solo huellas en el piso, que a veces tratamos de volver a construir, pero solo duran unas pocas horas en pie, luego vuelven a caer, en algo tan simple, como una rutina diaria en la cual ya no somos parte, en la cual a nadie le afecta si está o no.
Y ahora que, me pregunto. No se de que forma seguir con esa piramide, que tal vez, suele no ser necesaria, pero que hoy, la necesito junto a mi. Me di cuenta, que necesito otra razón por la cual sonreir.
Y tu?, la verdad es que no se si tengo ganas o no, de saber que es necesario para ti.