Ya no me sorprende que ella salga corriendo detrás de su mente ilusa, de su cuerpo deforme.
No creo en sus palabras al viento, si creo en su sonrisa.
Ya no me da pena verla correr, si no alegría.
Me siento libre del pasado pesado de tanto cranear.
Ya no voy a tomar ese camino nunca más, siempre buscare uno nuevo.
Uno que no me haga pensar en si esta bien o no, mi alma necesita estar en paz.
Ya no dejare que el pez siempre vaya por donde más le cuesta.
Yo ire por ahi.