28 agosto 2007

Pequeñas almitas.

Tranquiliza esas pequeñas almitas en guerra, tratando de ser y mostrar algo nuevo.
Tomar decisiones, es parte de nosotros, es parte de conocernos y decidir algo bueno, algo que convenga, algo que nos haga crecer y conocer.
Muéstrame tu alma, en paz o tormentosa, pero muéstramela para que de un paseo con la mía y con otras.
Seamos sinceros, seamos abiertos, concretos y directos, para que andar con rodeos si podemos mirarnos y ver que tan transparentes estamos, sonriéndonos o llorando, con nervios o desesperación.
Anda tranquila pequeña alma, anda con los ojos abiertos para ver si por ahí aparece algo bueno e interesante para ti, anda dispuesta, anda en paz. Que ninguna otra alma te atormente con ideas o algo concreto, que ninguna otra alma se ponga en tu camino, impidiéndote continuar.

Guerras de almitas, guerras de ti, de mi, de los demás. Donde todos se hacen los sordos, los mudos, los ciegos. Aparecen solamente cuando les conviene, abren la boca y los ojos, cuando quieren. Observan solo si buscan algo bueno, otro camino, otro destino.

Almitas que se quieren desahogar, arrancar de sus propias realidades, de sus miedos, de sus gustos, encantos. Siendo sincera confieso que no he sido sincera, que me arrepiento. Que me da miedo, no por mi, si no que por ti, por ustedes.
Desahogarse ahora, de que forma, vomitando algo atragantado en medio de tu garganta, en medio de ti o quizás en medio de mi. No tragues todo eso y todo esto, si quieres una guerra o guerrilla tranquila y sorda, no lo hagas. Solo deja que tu alma ande por ahí, tranquila, en paz. Solo deja que sonría con las demás almas que alguna vez, estuvieron en su propia guerra de pequeñas almitas y que hoy andan invictas.

V a l p o

La claridad y lo turbio de la noche, otra vez, mostró un lado desconocido por todos. La magia de Valparaíso, su encanto. Dejando en claro, los sentimientos y las cosas
como son, las cosas tal cual son... dejando todo transparente, sin nada turbio de por medio. Mostrando quizás realidades que solo están ahí, entre los cerros y sus pasadizos, entre las calles y la gente, entre las luces de esa noche o los colores de ese amanecer.
Sube esa escalera y puede ser, que todo vuelva a nacer, a renacer. Mira y siente ese placer, ese conocer. Siente nuevamente esa tranquilidad estando abrazada o abrazado entre esos cerros, entre la delicadeza y descuido que te entregan. Siente que todo no puede ser real o maravilloso completamente. Para que por fin entiendas y entendamos que no todo sale de ese lugar, que no todo permanece en ese mundo real.
Calla y guarda lo que allí alguna vez paso, siente y solo recuerda que los colores de Valparaíso o valparadise, algo tienen, algo esconden, algo sienten y te entregan parte de ello.
Camina en otro lado, vive en otro lado, siente... y no sentirás lo mismo, quieran o no, valparadise, solo vive, entre los vivos y vive el misterio de los muertos.

Transformaciones inciertas.

Los colores de sentirse pleno, los sentimientos de tu luz y felicidad. Transformaciones necesarias, plenas, conformes o inconformes. Claridad y seriedad para buscar un camino incierto y seguir por el, siguiendo derecho con una sonrisa o con un puchero, pero luchando.
Si sabes o no que hacer, si sabes donde buscar o como crecer, por favor dime, dame alguna señal de cómo seguir y enfrentar lo que se viene, miedos e incertidumbres se van apoderando de a poco de mi mente, más de mi mente que de mi ser completo. Pero para luchar hay que enfrentar y sobre llevar todo, por muy oscuro o claro que este o estén, por muy lejos o cerca. Por mucho que haya que dejar o cambiar.
Dicen que seria fácil, otros difícil... quien sabe. Nadie. Porque para eso hay que tomar decisiones o atreverse a luchar, como nunca lo hemos hecho antes, como nunca pensé que lo haría. Tengo claro que quiero luchar, tengo claro que lo haré, ahora o después... pero lucharé para que se cumpla uno de mis grandes sueños, lo que debería haber echo desde el principio, antes de hacer algo que me convencieron para hacer.
No es de mal agradecida, que digo lo que digo, no, por favor que no se entienda así, sobre todo si ustedes lo leen, sobre todo si están pensando que yo no aprovecho las oportunidades que se me dan, tengo claro que han hecho un gran esfuerzo, pero me hace mal, no puedo hacer algo, que no amo, que no siento y que por sobre todo, que no nace por si solo. Es como algo forzado, como algo turbio o cochino, que no produce tranquilidad o felicidad.
Imaginen que es una pintura, no se muy bien de que color pintaría ese cuadro, quizás con un color plano y manchas de colores fuertes, interpretando la fuerza y pasión que tengo por lo que siento, por lo que llevo y por lo que sueño.
Quizás piensen que son caprichos de niñita mimada, si es así mejor callen sus bocas y si gustan lávenlas con jabón, de limón para que les arda. Por hablar sin saber, sin preguntar, sin conocer.
Si esto que siento fuese una foto, no sé si seria en blanco y negro o a color, porque tengo fuerza, tengo ganas, tengo curiosidad. Pero puede ser en blanco y negro, por el cambio, por el susto inevitable, por lo que se deja atrás, por el recuerdo de ti y de todos.

No puedo dejar de imaginar esas voces, hasta logro escucharlas y sentirlas. Rogando porque no me vaya, porque me quede, pero diciendo que me apoyara incondicionalmente o así solía decir, quizás esta no sea esa oportunidad. Esa otra voz gritando, diciendo que me lo había advertido, diciendo que no me apoyara en ninguna otra cosa, que son cosas de una pendeja que toma las decisiones apresuradas y exaltadas.
Puede ser que se mueran de susto, puede ser que les de pánico, pero claramente, el que nunca se atreve, jamás tendrá respuestas.

He pensado varios días, he sentido varias veces.
He sentido ese nervio, esas ganas, esa fuerza. He pensado en todo, las consecuencias, la lucha que esto significa, el cambio.
Pero sin embargo, aún así sueño con esto, sueño, con llevar a cabo, mi sueño.

Basta de darnos vueltas en lo mismo, parece un rodeo. Y no quiero que parezca que me estoy auto convenciendo de que de verdad tengo ese sueño, que en mi caso es captar esos momentos, es transmitir, conocer y dar a conocer al resto, mostrar realidades que existen y quizás nadie se ha dado el tiempo ni las ganas, para conocer, para observar, sentir, darse cuenta. Si fuese posible enumerar las maneras de ver algo, de mostrar... son absolutamente e irreductiblemente imposibles de numerar. Cada uno, como tu, el, ella, ellos, todos, completamente todos, tienen formas de sentir esas realidades de formas distintas, por las sensibilidades de cada uno. Así de fácil. Cada uno y su forma de conocer, ese es el objetivo, que se entienda, que se logre transmitir, sensibilizar y mostrar esas innumerables realidades de una manera u otra. Hacer que sientan algo al ver mi trabajo. Que se le paren los pelos y su piel quede como de gallina, que les de asco, que les produzca tristeza, quizás hasta una lagrima salga de sus ojos, que les de alegría, felicidad plena, un relajo raro. Esa es la cuestión y el mejor pago, que un fotógrafo puede tener, recibir, los sentimientos de la gente al ver sus fotografías, porque el fotógrafo que no produce nada en sus pequeños y grandes jueces, la gente, no es un fotógrafo 100% formado porque no obtiene respuesta alguna.
Esa es mi meta, hasta puede ser mi misión, es mi pasión escondida y en plena exposición, todo el mundo sabe que la llevo conmigo, todo el tiempo. Algunos me dicen que les gustan, otros no tanto y algunos derechamente me dicen que no. Pero no importa, porque es parte del crecimiento, del conocimiento, de las formas que aún no se experimentan.

Estoy de acuerdo con ustedes, es lindo y fácil soñar, pero es hora de actuar en esos sueños y en la realidad.

Para el viejito.


Tu ausencia de a poco empieza a notarse, cada vez la siento más. Me doy cuenta de lo real que era todo aquello, esos abrazos, esos pasos de tristeza, aquellos llantos y aquellas sonrisas, porque estarías mejor.
Mejor?. Quizás... para mi, era solo un consuelo pensar en eso.

Esta bien y te respeto, que no quieras volver a verme, la verdad es que no fui la mejor contigo, debí estar, despedirme más de ti... estar más a tu lado cuando empezabas a decir adiós.
Ahora es cuando digo y pienso. Que te extraño. Que me arrepiento de no haber querido asumir que te podías ir derrepente de nuestro lado.
Pero hoy no queda más remedio que seguir adelante con el peso de nuestro cariño.
Pensar que en algún momento volveremos a jugar, como lo hacíamos cuando era pequeña. Cuando me inventabas cualquier cosa, cuando era más importante la sonrisa de tu nieta, de tus nietos, que cualquier otra cosa.
Se. Que eso nunca lo pude agradecer como tu realmente lo esperabas. Como realmente, esperaste que lo hiciera.