La claridad y lo turbio de la noche, otra vez, mostró un lado desconocido por todos. La magia de Valparaíso, su encanto. Dejando en claro, los sentimientos y las cosas
como son, las cosas tal cual son... dejando todo transparente, sin nada turbio de por medio. Mostrando quizás realidades que solo están ahí, entre los cerros y sus pasadizos, entre las calles y la gente, entre las luces de esa noche o los colores de ese amanecer.
Sube esa escalera y puede ser, que todo vuelva a nacer, a renacer. Mira y siente ese placer, ese conocer. Siente nuevamente esa tranquilidad estando abrazada o abrazado entre esos cerros, entre la delicadeza y descuido que te entregan. Siente que todo no puede ser real o maravilloso completamente. Para que por fin entiendas y entendamos que no todo sale de ese lugar, que no todo permanece en ese mundo real.
Calla y guarda lo que allí alguna vez paso, siente y solo recuerda que los colores de Valparaíso o valparadise, algo tienen, algo esconden, algo sienten y te entregan parte de ello.
Camina en otro lado, vive en otro lado, siente... y no sentirás lo mismo, quieran o no, valparadise, solo vive, entre los vivos y vive el misterio de los muertos.
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