21 marzo 2008

V.

Sordos se hacen los pajaros en la noche para no escuchar tu canto, ni tu hablar en exeso con palabras que no vienen al caso, que no explican bien o que simplemente sobran. Sordas se hacen las lagartijas del campo al oirte cantar en medio de la noche. Canciones que se sienten, que sin nada planeado, con la guitarra o a capella, canta y te hace cantar.   
Quietos para sentir el abrazo pleno y sincero, se quedan los arboles para sentirlo, sentirte liberar tu energía, para ver si los llenas de tu pureza en las hojas, para sentir caer la pena y la alegría de caer a la tierra, al arbol o a la flor que esta por crecer.        
Pasos de carretera para llegar a casa por un abrigo, para reposar después de una noche de sentir. Pasos que caminan marcados, bulliciosos, silenciosos, solos y acompañados de tranquilidad intranquila, segura.
       
Fuego temeroso, ardiente descarado, tapando la noche fria del sur, haciendo crecer sonrisas, achicando ojos, esperando el amanecer que aparece en la silueta del cerro, del bosque, de ti, del recuerdo y el presente latente.

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